Hoy en día lo que deseamos conseguir, como docentes es el desarrollo de actitudes positivas hacia el aprendizaje, por parte de todos los alumnos.
El desarrollo de actitudes positivas hacia el aprendizaje se relaciona con verse a uno mismo capaz de resolver las tareas que supone el aprender y ser capaz de aprender considerando útil y con sentido el contenido. Desarrollar esta disposición positiva hacia el aprendizaje requiere que los alumnos puedan tener oportunidades de dotar sentido al contenido y de tener la oportunidad de aportar, al proceso, significado. La valoración de las aportaciones de los alumnos debe hacerse desde lo que realmente pueda estar aportando al proceso de establecer conexiones o comunicar. Entendidas de esta forma, el desarrollo de actitudes positivas está vinculado al tipo de oportunidades que el profesor presenta en la clase y al tipo de tareas que se les demanda.
Difícilmente un alumno podrá desarrollar actitudes positivas hacia su propia capacidad para aprender a aprender si el único tipo de problemas y tareas que el profesor presenta son de repetir y copiar sin aportar ninguna implicación, motivación, ni conexión con sus intereses o necesidades. La posibilidad de resolver problemas con diferentes niveles de exigencia junto a la estructura de interacción que un maestro construya en su aula son por tanto elementos importantes en el desarrollo de las actitudes. Por lo tanto no es difícil darse cuenta de que la disposición de los alumnos por el aprendizaje es un factor importante en la determinación de su éxito educativo.
Hoy en día los alumnos aprenden desde lo que hacen en clase, simple y llanamente; por ello proponemos desde este blog y a través desde estas imágenes originar otros puntos de vista más activos, constructivos y significativos.
“La mejor manera de aprender es observar, y observar es mirar con atención”
Si lo único que ofertamos a nuestros alumnos y alumnas son datos establecidos, no estamos fomentando en ellos el deseo, la curiosidad, la capacidad de indagar de ir más allá de lo establecido, de observar aquello que les rodea para poder conocer lo desconocido. Como bien ilustra la imagen de Tonucci, podríamos transmitirles el gusto por el conocimiento a los alumnos si mostramos pasión y devoción por lo que les enseñamos, se trata no solo de transmitir conocimientos, sino de fomentar en ellos su crecimiento.
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