jueves, 4 de noviembre de 2010

Salimos del centro


Cuando pensamos en educación rápidamente viene a nuestra mente la imagen de un grupo de alumnos sentados en pupitres ante una pizarra en la que explica el profesor. Entendemos que la educación consiste en que el docente expone los conocimientos magistralmente y los alumnos van aprendiendo al escucharlos y entenderlos de una manera abstracta.
Debemos plantearnos si estamos en lo correcto. ¿Por qué esta es la manera normal y adecuada de enseñar? Convertimos a los alumnos en agentes pasivos de su aprendizaje. Nosotros, las personas, no somos sujetos individuales sino una sociedad que vive en un entorno e interacciona con él. Por tanto, porque no aprender en él. Las salidas del centro escolar pueden resultar una herramienta muy interesante y útil para lograr el aprendizaje personas de los alumnos.
Llegados a este punto debemos reflexionar sobre el modo en el que utilizamos estas salidas. Como vemos en la caricatura de Tonucci salir del centro, por ejemplo a un museo, y obligar a los alumnos y alumnas a caminar en fila, sin poder hablar, observar o interactuar con lo que les rodea no sirve de nada. Está claro que se deben establecer una serie de normas antes de realizar una visita pero en ella el profesor debe convertirse en un mero guía del aprendizaje y debe aprovecharse la experiencia para permitir a los alumnos aprender por sí mismos, experimentar, errar y encontrar el camino correcto,…
No olvidemos que, sobre todo en los tiempos que corren donde tenemos acceso a todo tipo de información, lo importante no es aprender datos, estadísticas, noticias… lo importante es “aprender a aprender”.

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